(..) Esta nueva normalidad (asimismo un signo lingüístico descalabrado), que ha supuesto, ahora sí, un descalabro verdadero, o sea, gnoseológico, por la “escalada” a todos y cada uno de los ocho mil de la cordillera del Everest, o sea, la escalada de la desolación, habremos de retrotraerla, la nueva normalidad, a tiempo anterior a 2020 (remito al último párrafo), sin que ello suponga un círculo de damnificados con un radio menor y, aunque la causa de la nueva normalidad anterior a 2020, no a-parezca ligada al Covid-19, este está re-ligado a una causa primera que, no obstante, pudiera ser entroncada, de permitírsenos forzar lecturas filosóficas, con el primum cognitum o primer conocimiento de partida para aprehender los fenómenos que, en el caso de Parménides, conducen al Ser y, en el de Descartes, a Dios, aunque en la metodología cartesiana (Discurso del método) el Ego cogito, ergo sum, sive existo tiene la transcendencia de convertir al Yo, por vez primera en la Historia de la Filosofía, como el primer conocimiento, aunque por el idealismo religioso de Descartes lo tengamos que reducir a praecognitum (para estas cuestiones, el ensayo de Gustavo Bueno El Ego trascendental, Pentalfa, Oviedo, 2016, 348 páginas).(...)
Fonte | La Voz de Galicia