Tempus fugit decían los latinos. El tiempo llega, reparte su cupo de tristezas y alegrías, éxitos y fracasos y luego huye hacia donde nadie sabe. Tal y como ocurre con las personas, hay buenos y malos tiempos. Desde hace, menos de tres decenios, el ser humano, al menos, el habitante del mundo Euro-USA , podía sentirse orgulloso de su tiempo. Había puesto a un hombre en la luna y preparaba las maletas para viajar a Marte. (...)
Fonte | La Voz de Galicia
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