Durante siglos los sabios se devanaron los sesos ideando calendarios que se ajustasen mejor al indomable año solar, como detalla en el libro Salamanca y la medida del tiempo la profesora de Historia Moderna de la universidad salmantina Ana María Carabias Torres. Pero a ninguno se le hizo caso ni ninguna solución hacía casar bien, in sæcula sæculorum, el tiempo humano con el año dibujado por el Sol.
Fonte | El País
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