La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apunta a Pedro Sánchez como máximo responsable de la propagación del coronavirus en nuestro país. La Junta de Andalucía gobernada por PP, Cs y Vox se desentiende de la suspensión de la Semana Santa, pasando la patata caliente al Gobierno central (Conferencia Episcopal mediante). Y Pablo Casado recrimina al jefe del Ejecutivo que haya ido “a remolque de los acontecimientos” y lo acusa de cometer “graves negligencias” por haber permitido los contagios en la manifestación con motivo del Día Internacional de la Mujer. De repente las comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias de Sanidad desde hace años, no pintan nada en el más grave asunto de salubridad nacional desde la Guerra Civil española.
A Casado ya no le vale nada de lo que haga el Gobierno o deje de hacer. El paquete de 2.800 millones de euros a las autonomías le parece poco; movilizar 1.000 millones del Fondo de Contigencia Sanitaria es una minucia; las duras restricciones y los confinamientos de poblaciones enteras son peccata minuta. Todo es “claramente insuficiente”, como dice él –a pesar de que paradójicamente el colapso que sufre hoy nuestro sistema sanitario se debe a los duros recortes decretados por su antecesor, Mariano Rajoy− y a partir de ahora se impone un PP a la contra, emboscado, atrincherado, fuego a discreción para sacarle unos votos a esta peste maldita y para tratar de remontar el vuelo electoral de la maltrecha gaviota herida.
Fonte | Diario 16
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