Leo el artículo del señor Miquel Seguró “¿Debe ser obligatorio ir a votar?” (Opinión, 24/V/2016) y no hago más que pensar si a alguien le gustaría que le obligaran a apostar en una timba ilegal, aunque fuera una apuesta en blanco. No voy a extenderme en que la existencia humana se ha convertido en sufrimiento (no lo digo yo, homo homini lupus), y el hombre, a su vez, en un parásito de su propio ecosistema.
fonte| LA VANGUARDIA
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