En el año 49 a. C., Julio César desoyó las órdenes del Senado romano, llegó a las orillas del Rubicón y, después de unos minutos de reflexión, se decidió a cruzar el puente. En ese instante se le atribuye la expresión «Alea iacta est» («La suerte está echada»). El río marcaba la frontera entre la Galia, donde se encontraba, e Italia, a donde llegó. Ese momento marcó el inicio de la segunda guerra civil de la República romana y, por ello, ahora la expresión «pasar el Rubicón», según la RAE, significa dar un paso decisivo arrostrando un riesgo. Desde hace años, las vías del tren son el Rubicón entre dos barrios de Ferrol y cada vez menos Julios César se atreven a cruzar por la pasarela que las atraviesa.
Fonte | La Voz de Galicia
Ningún comentario:
Publicar un comentario