(...) En Barcelona, en la Fundación Kbr, una exposición sobre los
orígenes de la fotografía muestra inquietantes daguerrotipos de
difuntos, souvenirs postmortem de una época en que la heliografía era
tecnología punta. El no va más. Ahora, en cambio, basta con encadenar un
par de clicks para convertir hieráticos álbumes de fotos familiares en
un festín de nostalgia animada. Así que, ¿naves ardiendo más allá de
Orión? Nada de eso: basta con adentrarse en My Heritage, enésima
travesura de inteligencia artificial y el reconocimiento facial para, en
efecto, ver cosas que nadie creería. (...)
Fonte | Abc
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