La readaptación de la vida de Marco Aurelio (Richard Harris), y su embellecimiento para mostrarle más humano y cercano a la población, levantaba ampollas entre los cinéfilos historiadores. Hay que recordar que en verdad el alto mando romano apoyaba los juegos en el Coliseo y postergó como todos sus antecesores la expresión panem et circenses, sin plantearse siquiera algo diferente. De igual forma, los anacronismos de Gladiator (con gazapo de un miembro del equipo en vaqueros en plano), las florituras en los hechos narrados, y la fuerte diferencia paternofilial en el poder, exasperaron a muchos.
Fonte: 20 minutos
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