(...) Les propone a sus colegas europeos lo siguiente: ¿Qué ocurriría si la Unión Europea tuviese que harmonizar sus leyes con las del Reino Unido según las directrices de Westminster y las decisiones de sus tribunales de justicia y organismos regulatorios? Frost contesta que la Unión Europea rechazaría todo esto de manera rápida y clara, que dicho arreglo comprometería el orden soberano europeo y su legitimidad democrática. Mutatis mutandis a la inversa: la posición británica que él encabeza en Bruselas (...)
Fuente | La Vanguardia
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