Hace ya muchos años de esto; tendría que empezar, como las lecturas del Evangelio, con la expresión 'in illo tempore'. Bien, pues 'in illo tempore' andábamos descubriendo España provincia a provincia, en nuestro entrañable Seat 127 con aire "condicionado" a bajar las ventanillas. Recorríamos la de Alicante. Tras un vistazo a las localidades turísticas, decidimos alejarnos de la costa. Íbamos camino de Polop de la Marina, cuando ante nuestros ojos apareció un espectáculo maravilloso e inolvidable: centenares, tal vez miles, de almendros en flor. Era, lo recuerdo bien, a finales de un lejano febrero. Y el espectáculo era sólo para nosotros. (...)
Fonte | El Mundo
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