Stanley Matthews (...) fue ídolo nacional de manera fulminante. Longilíneo, delgado y ágil, resultó una rara avis en el fútbol inglés porque era un regateador. En el país del pase largo, la carrera potente, la carga y el salto, él paraba el balón y buscaba al defensa para encararlo con amagos elegantes y pausados que alteraba bruscamente con una arrancada veloz, por fuera o en diagonal. Y tenía un centro extremadamente preciso (...)
Fonte | El País
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