(...) Ana Botella es una rara avis política. Frente al don de la
teatralidad que despliega ante las cámaras la presidenta regional,
Esperanza Aguirre, y que en ocasiones parece emular la nueva delegada
del Gobierno, Cristina Cifuentes (que, por ejemplo, decidió visitar la
Cañada Real en un helicóptero policial), la alcaldesa de Madrid huye
como la peste de cualquier gesto que interprete como populista.(...)
Fonte | El País
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