Créanme que no soy monárquico. Lo fue mi abuelo paterno, pero carlista y requeté. Tal vez esos dos términos no digan gran cosa al lector joven (si lo hubiera) y tal vez poco les diga la referencia a Rojas Zorrilla, que si viviera cumpliría unos pocos más de cuatrocientos años. Tampoco soy D. García, claro está, y -miren por donde- luché de joven contra Franco hasta dar con mis huesos en un cuartel de la Guardia Civil. La Benemérita de la que hoy me enorgullezco.
La maniobra simultánea contra la Monarquía es de una bajeza moral, de una cobardía y de un riesgo cierto para la estabilidad de España, sin precedentes. Un viaje a Cuba absolutamente inoportuno, desplantes y gestos hostiles por doquier, apoyo cero ante insultos y reprobaciones institucionales que nunca un Jefe de Estado ha tenido que soportar. Hasta llegar al papelón de su dictada intervención de ayer en secuestrado apoyo de un gobierno que le tiene en la diana, y de la incierta temporalidad (o tempora o mores) que es la postrer añagaza del pinoccio que gobierna. (...)
Fonte | Es diario
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