(...) Sin embargo, aún hay entre nosotros muy acendrados europeístas que le reprochan a Aznar la recelosa voluntad de mantener el rango de España en Europa frente al arrogante binomio franco-alemán. Y, más de los mismo, braman para que acepte el engendro constitucional perpetrado por Giscard para Europa... al tiempo que lo conminan a que dinamite nuestra actualísima Constitución. Que no es eterna, "Deo volente", porque aquí lo único eterno es el primario y ceñudo odio a España (...).
Fonte | La voz de Galicia
Ningún comentario:
Publicar un comentario