
(...) La secta combatía a los masones en Tenerife desde mediados de 1823, «como reacción contra el masonismo» se comenzó a llamar Filomalotus. De Paz agrega se trataría de un fenómeno similar a los surgidos en con los comuneros en la Península, y que «ambas sociedades se enfrentaron duramente». «No pararon «para mutuamente destruirse y ganar las elecciones, que será siempre el «non plus ultra» de las sociedades secretas de esta provincia». (...)
Fonte | ABC
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