martes, 23 de abril de 2019

Lapsus Calami - El Mundo (13/08/19)

(...) Hace unas semanas se produjo un cierto revuelo con motivo de la aparición de un libro de conversaciones entre la periodista Maruja Torres y la alcaldesa madrileña Manuela Carmena: ésta había dicho a aquella que se arrepentía de haber aceptado el cargo, porque su ejercicio estaba resultándole más penoso de lo esperado. Naturalmente, la alcaldesa rectificó y dijo que estaba encantada; pero la verdad íntima había sido ya revelada por su lapsus calami. Su sinceridad inicial es loable, pero, ¿puede ser buen representante quien cumple su función a regañadientes, más pendiente en sus adentros de la puerta de salida que del bastón de mando? Seguramente no, porque si cualquier tarea digna de tal nombre exige de nosotros la máxima atención, qué decir de una actividad política capaz incluso de abreviar significativamente la vida de quienes se dedican a ella en las alturas presidenciales. O eso dicen los últimos estudios científicos. (...)

Fuente | El Mundo

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