(...) Los encuentros sexuales pudieron producirse cuando el Homo sapiens llevó la tecnología del Paleolítico superior en su migración fuera de África. El cruce favoreció nuestra evolución y nos hizo más fuertes gracias a la introducción de nuevas variantes de genes del sistema inmunológico, esenciales para que el cuerpo pueda reconocer y destruir los patógenos. Estos genes, los HLA, son algunos de los más variables y flexibles de nuestro «código de barras». Nos permiten, por ejemplo, sobreponernos a un vulgar catarro
Fonte | ABC
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