Ayer, en la comida que la organización preparó para la prensa, el nombre de Ralitza Petrova fue de largo el más repetido. Algunos veían en Godless, su ópera prima, una propuesta muy en sintonía con el cine que tanto tiempo lleva pregonando el veterano Arturo Ripstein, Presidente del jurado este año en el Concorso Internazionale. Otros, obviamente con mejores contactos que los demás, juraban haberse enterado de "cosas". Pues tal cual. Pocas horas más tarde, en la enésima fiesta celebrada en el Teatro Paravento, el exceso de alcohol en sangre hacía mella en una celebridad que a aquellas horas, y en aquel estado, no entendía por qué tenía que guardar secreto de sumario. Una vez decodificados, sus berreos llevaban siempre a la misma persona: Ralitza Petrova.
In vino veritas.
Fonte:
Elmundo.
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